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Juan Lucas Pons Lalaguna
Médico
in duda ustedes habrán oído el adagio que asegura que “Nada en el mundo se hubiera hecho si no fuera por el último minuto”. Y, estoy seguro, admitirán que en muchas ocasiones todos hemos tenido la costumbre de dejar para el postrer momento la obligación o el deber ya sea con la excusa de que más adelante estaremos en mejores condiciones de despachar el asunto ya sea porque juzgamos que actualmente no se cumplen las circunstancias apropiadas. En efecto, todos en alguna oportunidad o en alguna área de nuestra vida hemos mostrado (o seguimos manifestando) desidia, demorando hasta el ultimo instante la ejecución de una tarea. Indiscutiblemente, postergar intencionadamente una actividad que nos incumbe y nos corresponde resolver produce cierto bienestar, como un alivio de una carga y esta satisfacción por eludir una exigencia puede llegar a ser muy gratificante para algunas personas.
in duda ustedes habrán oído el adagio que asegura que “Nada en el mundo se hubiera hecho si no fuera por el último minuto”. Y, estoy seguro, admitirán que en muchas ocasiones todos hemos tenido la costumbre de dejar para el postrer momento la obligación o el deber ya sea con la excusa de que más adelante estaremos en mejores condiciones de despachar el asunto ya sea porque juzgamos que actualmente no se cumplen las circunstancias apropiadas. En efecto, todos en alguna oportunidad o en alguna área de nuestra vida hemos mostrado (o seguimos manifestando) desidia, demorando hasta el ultimo instante la ejecución de una tarea. Indiscutiblemente, postergar intencionadamente una actividad que nos incumbe y nos corresponde resolver produce cierto bienestar, como un alivio de una carga y esta satisfacción por eludir una exigencia puede llegar a ser muy gratificante para algunas personas.
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